Mintel, empresa especializada en la investigación y análisis de mercado, marketing y publicidad, acaba de dar a conocer un informe en el que se identifican las seis tendencias globales del sector de la alimentación y las bebidas para el año 2017.

En este informe de 22 páginas han participado más de 60 analistas que han obtenido información a través de los resultados de las investigaciones sobre las tendencias de consumo que esta compañía ha realizado a lo largo del año, así como con la consulta de diferentes registros sobre datos de productos. Son seis tendencias aplicables en Europa, América del Norte, Australia, Nueva Zelanda y el norte de Asia.

El año que viene será un año de extremos, desde productos "antiguos", incluyendo granos, recetas, prácticas y tradiciones. Se espera ver un aumento en demandas "lentas" y "rápidas",  así como más productos creados para ayudar a la gente a relajarse antes de acostarse, dormir mejor y restaurar el cuerpo mientras descansa. Existirán oportunidades para más productos para aprovechar la reputación de la categoría de té y el uso de manzanilla, lavanda y otras hierbas en formulaciones como una manera de lograr una sensación de calma antes de acostarse. También habrá una excusa válida para la indulgencia nocturna del chocolate. En 2017 y más allá, esperan ver más de lo inesperado, incluyendo meriendas de frutas hechas con fruta "fea" y mayonesa hecha con el líquido de garbanzos drenados que se ha bautizado como "acuafaba".

Tradición

En el estudio Global Food and Drink Trends 2017 se destaca como primera tendencia la confianza en la tradición, Mintel augura que los consumidores buscarán nuevos productos cuyas formulaciones, sabores y formatos se basen en la tradición y en las elaboraciones de antaño. La conexión de los alimentos y bebidas con la historia y la tradición brindará confianza a los consumidores, el informe determina que a lo largo de este año el interés por lo auténtico y lo artesano ha adquirido gran relevancia, véase como ejemplo las cervezas artesanales y su significativo crecimiento.

Poder de las verduras

La segunda tendencia es el poder de los vegetales, Mintel anota un aumento en la venta de verduras,  semillas y frutos secos, ya que son productos que se asocian a la salud y al bienestar. Esto propiciará que se incremente el número de consumidores que sigan una dieta vegetariana, vegana u otras dietas. Los consumidores quieren tener un estilo de vida que mejore su salud, esto les motiva a priorizar el consumo de los alimentos indicados, por ello, en respuesta a esa demanda, cada vez más empresas lanzan nuevas formulaciones basadas en alimentos vegetales, fortificados y funcionales. Este impulso se inició a principios de este año y cita como ejemplo el incremento del mercado de las bebidas vegetales que sustituyen a la leche, bebida o “leche” de guisantes, de almendras, de coco, etc. La preferencia por dietas naturales, simples y flexibles impulsará la expansión de las formulaciones vegetarianas, veganas y de otras verduras. En 2017, la industria de alimentos y bebidas dará la bienvenida a más productos que enfatizan las verduras como ingredientes clave.

Sostenibilidad y reducción de desperdicio

Destaca como tercera tendencia la sostenibilidad y la reducción del desperdicio alimentario, la gran cantidad de comida y bebida que se desperdicia en el mundo está impulsando un cambio en la industria alimentaria. Se considera que el estigma asociado al producto imperfecto desaparecerá a marchas forzadas, cada vez más consumidores utilizarán ingredientes que tiempo atrás habrían tirado a la basura, evidentemente en ello influye la disponibilidad de los denominados “alimentos imperfectos” en el mercado. El enfoque de la sostenibilidad se centra en la eliminación de los residuos de alimentos.  Más minoristas, restaurantes y organizaciones filantrópicas están abordando la gran cantidad de alimentos y bebidas que se desperdicia en todo el mundo, lo que está cambiando las percepciones de los consumidores. En 2017, el estigma asociado con productos imperfectos comenzará a desvanecerse, más productos harán uso de ingredientes que de otro modo se habrían desperdiciado, tales como snacks de fruta hechos de fruta "fea" y mayonesa hecha de líquido de garbanzos empaquetados y los residuos de alimentos serán reutilizados de nuevas maneras, tales como fuentes de energía.

El tiempo es la esencia

La inversión de tiempo requerida para los productos y las comidas serán tan influyentes como la nutrición o las declaraciones de ingredientes. El tiempo es un recurso cada vez más preciado y valorado, dado que el estilo de vida actual es frenético y el tiempo escaso está impulsando a una necesidad por soluciones rápidas pero que sean frescas, nutritivas y personalizables y los alimentos y bebidas llamados "biohacking" que ofrece nutrición completa en formatos convenientes. La rapidez se enfoca en la preparación y el servicio, pero no en la comida, se valoran cada vez más aquellos productos que tienen reclamaciones “lentas”, “elaborado lentamente”, “energía de liberación lenta”, es decir, los alimentos y las bebidas tienen que ser de calidad tanto en la elaboración como en el aporte nutricional, y haber sido elaboradas en el tiempo que requieran.

El turno de noche

La noche se aprovecha como una nueva ocasión para las formulaciones funcionales de alimentos y bebidas. El ritmo cada vez más agitado de la vida moderna está creando un mercado de alimentos y bebidas que ayuda a las personas de todas las edades a calmarse antes de acostarse, dormir mejor y restaurar el cuerpo mientras descansan. Son productos que favorecen el sueño y el descanso. Este es un segmento ideal para el mercado de los alimentos y bebidas funcionales, la innovación irá más allá de las tradicionales infusiones para antes de irse a dormir. En el mercado se pueden encontrar productos como zumos ricos en melatonina o cereales que favorecen la digestión nocturna brindando una sensación de ligereza y revitalización.

Equilibrio de la balanza

Los supermercados y empresas llevarán a cabo innovaciones en la alimentación para que ésta sea más accesible a los consumidores con economías más deprimidas, a fin de que puedan alcanzar sus objetivos saludables. Un ejemplo es la venta de frutas y verduras consideradas imperfectas por no cumplir los estándares de mercado en cuanto a forma, color o tamaño, son alimentos de calidad cuyo aspecto exterior no resta valor al aspecto saludable, nutricional o su calidad interior. Estos alimentos se comercializan más baratos, por lo que los consumidores con menos dinero pueden acceder a una alimentación de calidad que cumpla sus objetivos nutricionales y saludables. Mintel apunta que comer y beber de forma saludable no tiene por qué ser un lujo.

Fuente: Mintel, gastronomiaycia.republica

Con información de: Industria Alimenticia